En esta segunda parte nos parece de suma importancia escribir un poco de la violencia escolar, específicamente del bullying, que últimamente ha estado muy presente en los medios de comunicación, pero que siempre se ha suscitado en las instituciones educativas y que muchas veces no se está preparado para atenderla. Para ello, lo primero que se necesita es conocer cuál es su definición, según Casanova “el acoso escolar o el bullying es una forma de maltrato repetitivo y durante un tiempo notable entre alumnos (as), donde está presente el ejercicio del poder, trayendo consigo la presencia de una víctima y un victimario”.
En tal sentido, presentamos otra clasificación de la violencia según la Organización Mundial de la Salud, pero esta vez, según la naturaleza de la misma:
Violencia física: se relaciona con el uso de la fuerza humana para deteriorar las condiciones de otro ser, objeto o sí mismo abarcando golpes, cachetadas, empujones, heridas por armas blancas o de fuego que van en detrimento de la vida.
Violencia Emocional o verbal: todos aquellos actos en los que una persona lastima psicológica y moralmente a otra, por medio de agresiones, gritos, desprecios, insultos, mentiras, irrespeto a la privacidad, irrespeto a sus creencias e ideas, comentarios sarcásticos y burlas que exponen a la víctima en público.
Violencia Sexual: desde incitación a realizar actos de índole sexual sin el consentimiento de la otra persona, violencia verbal dirigida al sexo, piropos obscenos, propuestas indecentes, hasta violaciones y ataques sexuales.
En el ámbito escolar, frecuentemente los Docentes son protagonistas de escenas violentas a través del humor burlón, de la exposición de los alumnos a la ridiculización, de la utilización de palabras hirientes, minimizando situaciones y censurando la participación.
Desafortunadamente, en oportunidades los docentes no se dan cuenta que lo que denominan «indisciplina de clase», en su mayoría son formas a través de las cuales los alumnos ejercen algún tipo de violencia y ante esta situación de alerta, al no saber abordar adecuadamente el hecho, hace abuso de su autoridad convirtiendo esto en otro acto de violencia, es decir autoritarismo.
Nosotros consideramos el acoso escolar como una forma de violencia en la escuela, por ello, en esta segunda entrega presentamos algunos planteamientos que propician el desarrollo de habilidades en los niños, jóvenes y de adultos en educación moral y ciudadanía, como una forma de abordar y prevenir dicha situación en las instituciones educativas.
Educadores
- Analizar los factores que causan el comienzo de la violencia y las conductas problemáticas.
- Buscar y/o solicitar entrenamiento para adquirir habilidades que le faciliten el abordaje constructivo de las situaciones de violencia en el aula.
- Enseñar al niño (a) a solucionar problemas y aprender a manejar su rabia.
- Facilitar y desarrollar el diálogo, el respeto y la participación.
- Enseñar a extraer los aspectos positivos de una situación conflictiva, para así poder aportar soluciones constructivas.
- Formar a los alumnos para que sean críticos consigo mismo (amigos, familia), con los demás (guerra, violencia social) y con el medio (ecología, derechos humanos).
- Intercambiar las estrategias previamente mencionadas con actividades de carácter lúdico-creativo.
Escuela
- Proveer entrenamiento práctico, asistencia terapéutica, talleres acerca de la formación moral y ciudadana, comunicación efectiva, manejo de conflictos y otro tipo de apoyo para la familia.
- Informar a la familia acerca de colocar las armas de fuego fuera del alcance de los niños.
- Establecer planes de prevención y respuesta a la violencia que incluyan a toda la comunidad escolar en su desarrollo e implementación.
- Animar al personal, padres y estudiantes a compartir sus inquietudes acerca de niños (as) que exhiben señales de agresiones o violencia temprana.
- Abordar rápidamente las inquietudes o situaciones conflictivas entre los niños
Después de identificar algunas definiciones de la violencia, sus tipos y conjugar algunas estrategias que contribuyen a la identificación y abordaje pedagógico e institucional podemos afirmar que:
Es necesario implementar en las escuelas, programas focalizados en la atención de problemas de violencia en niños (as) y jóvenes como lo han realizado en Francia, Italia, España, Noruega, Inglaterra, entre otros. Como también, diseñar y ejecutar programas de manejo de conflictos y crear espacios de diálogo e intercambio sobre el tema.
Sin embargo, es de vital importancia recordar que las relaciones de cuidado y amor, desde el momento de la concepción de los niños (as) por parte de cada uno de los miembros de la familia y durante todas las etapas del ser humano, son esenciales para construir y mantener una sociedad más condescendiente, amigable y orientada hacia la paz.
Las sugerencias y estrategias planteadas previamente son resultado de la experiencia propia y de la investigación de otros organismos e instituciones interesadas y preocupadas en el tema, las cuales se pueden contextualizar y con recursos tan sencillos como la paciencia, la autodeterminación, el modelaje y el amor se puede disminuir y por qué no, erradicar la violencia, no sólo en la escuela y la familia sino en nuestra sociedad.